Sudando la gota gorda en la sesión fotográfica del catálogo Original de Joan Lao.
He tenido la suerte de participar
activamente en la realización del catálogo de Original y experimentar en mis
propias carnes las dificultades, dudas, controversias, alegrías y estrecheces a
los que se enfrenta una industria vapuleada por la crisis y sin más ayuda que la
fe de sus propietarios en el diseño, entendido en un sentido amplio (colección,
marketing, comunicación, venta y servicio). Joan Lao se empecinaba, contra la
impaciencia de todos, en realizar un catálogo diferente a todos los demás,
donde la excelencia que se aprecia en sus tapas de madera chapada y grabada al
láser, fuera la tarjeta de presentación de una colección de rango
internacional. Cuando lo he tenido en las manos, he entendido perfectamente la tozudez del diseñador. Sólo
lo mejor puede competir por ahí fuera con armas adecuadas. El texto que sigue,
firmado por mi, forma parte del concepto que pretende transmitir esta colección
y es un homenaje personal a la labor, entregada y a veces exagerada, del diseño
español.
Tapas de madera para un catálogo que pretende transmitir valores
La naturaleza tiene sus propias reglas constructivas. Organiza el entorno, edifica impresionantes topografías, excava sótanos, simas y pozos, eleva montañas como edificios orgullosos, construye ríos y playas, desfiladeros y colinas, desiertos y plazas. La arquitectura de un bosque es tan prodigiosa que cuesta entenderla desde su interior y hay que elevarse para comprender el sentido, siempre cabal, siempre funcional, de sus elementos.
Presentación en el estudio Joan Lao de la colección Original
La historia de la cultura
occidental es la del hombre que se rebela contra la naturaleza e intenta
dominarla con sus realizaciones, con formas geométricas racionales que desafían
el capricho y el azar aparente del entorno.
Por el contrario, las culturas
orientales, y en concreto la nipona, mucho más apegadas a la dimensión
espiritual, parten de un respeto profundo por lo natural y buscan imitar con
humildad el sonido de un riachuelo, el desgaste milenario de unas piedras. "El elogio de la sombra" es un
manifiesto sobre la estética japonesa de Junichiro Tanizaki, escrito en 1933.
En él se argumenta que en Occidente la belleza siempre ha estado ligada a la
luz, a lo brillante y a lo blanco, y que lo oscuro, lo opaco y lo negro siempre
ha tenido una connotación negativa. Sin embargo, argumenta, en Japón la sombra
no tiene ese significado negativo y es considerada como parte de la belleza.
José Maria Barrachina, fabricante, y Joan Lao, diseñador, presentando la nueva colección Original de Joan Lao.
Luces y sombras, geometría y azar, brillo y matiz… en
esa dialéctica nos encontramos, una vez que el mundo ha empequeñecido y tenemos
la fortuna de vivir en una época de culturas diversas pero sensibilidades
compartidas. En ese cruce de caminos entre lo milenario y la tecnología confortable
que hemos conseguido disfrutar, estamos instalados más o menos a gusto. Somos
más conscientes que nunca de la necesidad de respetar el entorno por una pura
cuestión de supervivencia, pero al mismo tiempo no queremos renunciar a los
avances técnicos que, además, nos deberían devolver un mundo mejor, más
equilibrado, más humano. Las circunstancias recientes también orientan a
nuestra sociedad a volver la mirada a la espiritualidad y desconfiar del
progreso descontrolado y el materialismo que conlleva. Todo ello conforma una
nueva sensibilidad que el diseño del entorno, sin duda, debe recoger.
Los diseñadores, como Joan Lao, son las personas que
conectan la filosofía vital con la lámpara de la mesita de noche. Son el nexo
de unión entre lo cósmico y lo cotidiano, porque trabajan con materiales
cercanos, pero también con conceptos que les inspiran y orientan. Son quienes
piensan en cómo queremos vivir y convierten esas reflexiones en objetos
tangibles que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. La experiencia nos dice que cuanto más profundiza un
diseñador en las razones que envuelven al ser humano, más sólidas son sus
creaciones. Es sabido que Mies van der Rohe no daba un edificio por acabado
hasta que no estaba satisfecho con el aspecto de las manillas de las puertas.
Joan Lao es uno de los grandes interioristas del panorama catalan- por su gusto exquisito y atemporal. Los 5 años que viví en Barcelona, tenía mi ático, alquilado, muy cerquita de su tienda de las Ramblas. Y siempre tenía que pararme a saborear su escaparate....Estudía hasta el más mínimo detalle....hasta sus camiones marrones me encantaban....
ResponderEliminarY como no! Su nueva colección, su nuevo catálogo, es un reflejo de su arte!!!!
Enhorabuena por los textos que le has escrito!!!!
Un cordial Saludo
immA
Estoy de acuerdo, Imma. Joan es uno de los diseñadores más completos de nuestro panorama, con una cabeza bien amueblada en el mejor sentido.
ResponderEliminarUna saludo