Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

viernes, 29 de junio de 2012

Qué bien se hace el amor en una habitación color pastel

Una empresa de preservativos está haciendo una encuesta en Facebook entre sus clientes para averiguar cómo es la habitación más adecuada para practicar buen sexo. Impacientes por conocer los resultados de tan magna consulta, hago una encuestilla rápida en mi entorno y descubro preocupado que el noventa por ciento de los dormitorios donde practicamos sexo hispánico son blancos. El diez por ciento restante (color malva) es de una tía soltera. Algo no va bien.


Hacer el amor en un entorno color pastel mejora las relaciones, según expertos. La cama es de Bonaldo.

Acudo a mi inestimable archivo de productos y, por instinto Alfredolandiano, me dirijo directamente a la carpeta Stockholm 2012.  Los últimos lanzamientos de mobiliario para hogar que nos han presentado las firmas de origen escandinavo me deparan una agradable sorpresa que contradice las tendencias ya instaladas para lo que queda de temporada y buena parte de la próxima. El color, en su expresión más alegre, sofisticada y compleja (léase en versión pastel) se está abriendo paso a codazos entre las monótonas, previsibles y caguetas tendencias “mainstream” basadas en el blanco aséptico y sin compromiso. ¡Bienvenido sea el color pastel!

Cómoda de la firma sueca Abstracta, en colores apastelados

Tenían que ser precisamente las nórdicas quienes nos dieran una lección de buen gusto con sus muebles multicromáticos, diseñados para lucir bajo la luz atenuada de los nubarrones. Qué razón tenía el cine español de los setenta, tan obsesionado por las suecas. En este país sufrimos cierto abuso de luz natural, pero la idea puede dar juego. Y por si fuera poco, los colores pastel se llevan de maravilla con las maderas claras, otra tendencia ‒ésta sí‒ que nadie discute ahora mismo de Albacete a Chicago. De momento es una idea sin contrastar que tiene que recorrer mucho camino para imponerse, pero qué gusto da encontrar piezas coloreadas en un mar de grisura y aburrimiento generalizado. Tal vez lo que necesita este país es un poco de color para quitarnos de encima la sensación de caspa, terno marengo y raya del pelo a un lado en que nos hemos encallado. Está bien que la selección española se conozca como la Roja (qué imaginación), porque aquí siempre hemos sido gente sanguinaria y resolutiva. Pero un poquito de matiz cromático no nos haría ningún daño de cara al extranjero, incluso podría atemperar el ánimo en Bruselas y mejorar esa imagen de viajante de comercio de la vieja escuela que tienen nuestros políticos.

Lampritas de suspensión Sempé en tonos pastel

La gama de los colores pastel es muy sencilla de componer. Preparación: Cójase cualquier color intenso a  gusto del consumidor, añádasele una parte de blanco y ¡voilà! Ya tenemos el azul celeste, el verde laguna, el amarillo salmón o el marfil. Se trata de colores que expresan un punto de complejidad, aunque muchos consideren equivocadamente que son adecuados para el universo infantil. Muy al contrario, los colores pastel irradian calma, serenidad, reflexión y charlas a media tarde con un té verde y pastitas. Dicen que son buenos para bajar la tensión y que mejoran el colesterol. Y con toda seguridad, son gamas que comunican frescura y desenfado. También aseguran los que entienden que los colores pastel son mucho más adecuados para hacer el amor sin prisas, lo que siempre es un buen planteamiento para esta agradable actividad. Así que vamos a pintar el dormitorio de color pastel y a ver qué pasa. Seguiremos informando…
Float de Sancal en bonitos tonos pastel. Karim Rashid descubre los encantos de Murcia.

lunes, 25 de junio de 2012

El puente de mando de Star Treck era una cocina

A los tíos, en general, nos fascinan los gadgets tecnológicos, se trate de un nuevo modelo de videocámara, un teléfono móvil o un desfibrilador. No me preguntéis por qué. Sin embargo, los electrodomésticos se escapan tradicionalmente de estos esquemas de corte “machote high tech” porque su carácter doméstico los hace participar del universo femenino con la misma intensidad que del nuestro. Desde siempre los electrodomésticos han sido tan funcionales como bellos. Los primeros diseñadores, conscientes de que debían ocupar un lugar especial en el marco de una cocina, y aún más especial en el corazón de las familias, trabajaron para darles un aspecto agradable, amistoso, humano.

 Raymond Loewy anunció en los años 30 que "lo feo no se vende"
El diseño industrial, tal como lo conocemos ahora, se inventó en los años 30, cuando gente como Raymond Loewy dibujó los primero frigoríficos que incorporaban una bella estética a la función obvia de enfriar. “Lo feo no vende”, dijo el diseñador americano, pensando, sin duda, en las mujeres que son las que toman las decisiones de compra en la casa. La idea caló tan profundamente en la mentalidad de la industria que las primeras tostadoras eléctricas, ahora mismo, se consideran obras de arte. Y así, la historia de los electrodomésticos ha continuado por la senda del equilibrio entre forma y función –la fórmula mágica del buen diseño− gracias a que los diseñadores se daban un palmetazo en la mano cuando el proyecto empezaba a mostrar demasiado las tripas tecnológicas. Los electros se han beneficiado de esta filosofía y no han tenido que sufrir la vergüenza de otros aparatos, como los ordenadores personales, por ejemplo, que no empezaron a mostrar un aspecto saludable hasta que Steve Jobs puso las manzanas sobre la mesa.

 El puente de mando de la nave Enterprise era como una cocina moderna.

En la cocina nos hallamos ante la avanzadilla de la casa del futuro. Un espacio perfectamente tecnificado que, además, ha aprendido a relacionarse con sus usuarios, a hablar su mismo lenguaje y ser útil sin molestar cuando no se le requiere. Una cocina moderna es el prototipo de una vivienda del siglo XXII. Lo digo convencido y también porque va a resultar muy difícil rebatir esta afirmación. Si recordamos el aspecto del interior de las naves de cualquier episodio de Star Treck (otra debilidad masculina inexplicable que enlaza misteriosamente con la pasión por los aparatitos) veremos que el puente de mando donde el capitán Kirk se comunica con los Vulcanos reproduce exactamente el aspecto de una gran cocina y, si no fuera porque nadie lleva un gorro blanco, aquella nave en zafarrancho de combate podría ser perfectamente el interior de un gran restaurante en plena efervescencia viernes por la noche. También la ciencia ficción, con el tiempo, ha aprendido de los diseñadores y ha decidido dar a las naves espaciales un aspecto más sencillo y práctico. De hecho, en la franquicia Voyager de la serie, el capitán era una señora lo que demuestra la clarividencia de la industria del entretenimiento.

 La cocina de Scvolini que hubiera escogido el capitan Kirk

Las modernas cocinas con sus electrodomésticos de acero, o integrados en el mobiliario con los mismos paneles de madera de roble, son las naves interestelares con las que nos dirigimos hacia un mundo (esperamos) mejor. Por esa razón, cuando consigo quedarme solo en mi cocina, pongo una lavadora, descongelo un pollo en el microondas, enciendo el horno y pongo a hervir unas patatas, examino el contenido de la bodega, escojo un buen Ribera del Duero y me dispongo a descorcharlo, me entran unas ganas irrefrenables de decir: “¡Adelante, Número Uno! Segunda estrella a la derecha.” Cosas de tíos.


miércoles, 13 de junio de 2012

Ferias de muestras, esquemas viejunos

Coloquio en Casa Decor, organizado por Dornbracht alrededor de la temática de los nuevos baños. Aprovecho mi intervención para recordar que el baño es el espacio de la casa donde están ocurriendo más cosas en los últimos años. Y todos estamos de acuerdo en que tienen que "suceder cosas" en una casa para que su vitalidad no se marchite.  El baño decimonónico compuesto de inodoro, bañera y lavabo se ha convertido en un espacio híbrido con ganas de colonizar otros ámbitos, donde la higiene es sólo una de las varias funciones que asume.
Mi compañero de mesa, Andres Fatsini, Director de Revox expone las posibilidades que aportan los baños del futuro con sistemas de diagnóstico de enfermedades acoplados a los inodoros o al espejo, e incluso de monitorización de gente dependiente. Está todo por hacer...

"Confort conectado y baños rituales", coloquio en Casa Decor organizado por Dorbracht. Jordi Galiana, Gerente de Dornbracht España, Marcel Benedito, director de Casa Viva, Andrés Fatsini, gerente de Revos, y José Luis González, director de Sala Baño.

El veinte Casa Decor se ha organizado en el Palacio de la Real Compañía Asturiana de Minas, en plena Plaza de España. Nada que objetar, excepto un cierto desgaste de la fórmula que, agravado por la apatía del mercado, se traduce en una afluencia de visitantes más bien magra. Aunque las cifras de la organización siempre son optimistas, el alto precio de las entradas no ayuda en absoluto. Es una pena porque la idea de la exposición de espacios decorados reales en el marco de un edificio abandonado, una exhibición real del trabajo de los diseñadores de interior, siempre me ha parecido una bofetada de ingenio en la cara de las muestras comerciales del ramo.  Las ferias, Valencia, Madrid, Barcelona, con sus mil nombres y sus frustrantes intentos de renovación, languidecen por falta de ideas y porque los precios del metro cuadrado (más montaje, desplazamientos, etc.) son prohibitivos para una industria que las pasa canutas. Las ferias de muestras (la palabra ya suena a viejuna) ganaron mucho dinero cuando los buenos tiempos pero no supieron saltar fuera del circuito fabricante-distribuidor-punto de venta. El consumidor siempre se quedó fuera del esquema y las ideas sobre decoración, de paso, también.


De forma que Casa Decor suplió con astucia ese componente de motivación al consumo que las ferias no saben asumir y que el sector, absolutamente desarticulado, para variar, tampoco ha sabido nunca afrontar. El resultado: la compra de productos relacionados con el hábitat y el entorno en nuestro país está por debajo de la relativa a otros capítulos como el ocio, la moda o el automóvil. Tal vez, pedirle a las muestras que cumplan ese papel es pedirle peras a un olmo que ha nacido exclusivamente para vender metros cuadrados de estands. Luego se quejarán, pero en el pecado ya llevaban la penitencia. Echar la vista atrás es un ejercicio inútil, pero los más viejos del lugar se acuerdan perfectamente de la incompetencia y la inoperancia (y otros adjetivos que empiezan por in) que ha vestido el trato con las ferias de muestras, por no hablar de temas vergonzosos como los parkings, los accesos en transporte público, la restauración o la comunicación con prensa.

La mercantilización del diseño es una consecuencia lógica de la normalización de su uso, pero en un país donde, precisamente, el diseño de calidad es una de los pocos valores que podemos ofrecer al mundo, es lamentable que los presupuestos oficiales de promoción sean tan pobres. En Catalunya existen dos organismos que se encargan de la promoción del diseño, conectados a la Consejería autonómica y al ayuntamiento. FAD y BCD unen sus fuerzas en el Barcelona Design Festival para promocionar mil actividades relacionadas con el diseño durante los meses centrales del verano. Estas actividades incluyen festivales, premios, conferencias y unas rutas de diseño por la ciudad que constituyen un gran atractivo turístico para el visitante motivado por el tema. Por encima de las motivaciones de rentabilidad que mueven a ferias y a eventos como Casa Decor, este tipo de actividades son una alternativa válida a la promoción real del diseño, para implicar a todos los que nadamos en las corrientes turbulentas de su caudal.

viernes, 1 de junio de 2012

Cómo proyectar un hotel espantoso

Para hacer un hotel realmente feo, de dudoso gusto estético,  con resonancias al desarrollismo y la cultura del lujo aparente, de diseño fallido en su totalidad, es conveniente seguir una serie de instrucciones que evitarán incurrir en detalles acertados que podrían empañar la imagen hortera, cutrilla y pensionista que buscamos para nuestros clientes.



1º. Utilizar todos los materiales que estén a nuestro alcance de la peor calidad y en alegre promiscuidad: cristal, estucados, maderas brillantes, mármoles de colores intensos, moquetas, piedras pulidas, prefabricados de hormigón, tejidos estampados.

2º. Con estos ingredientes se puede proyectar una recepción con ínfulas de gran lujo, en la que es necesario incluir alguna escultura de un artista local, a ser posible con circuito de agua que la convierta en fuente sonora. También es importante añadir una escalinata curva, aparente e innecesaria.

3º. Es conveniente que la señalización del establecimiento sea confusa, que los ascensores escaseen y que los muebles de este espacio no desentonen con el carácter general. En este sentido es fundamental optar por segundas marcas y tapizados de cuero a fin de evitar que se cuele una pieza de diseño correcto.

4º. Una iluminación brutal que bañe todo el espacio ayudará a deslumbrar al cliente y hacerle creer que se halla en un local de los suburbios de Las Vegas. Esta sobreiluminación se completará en las habitaciones con luminarias exageradas y que dificulten la intimidad o la lectura.

5º. Los estucados de las paredes deberán ser de colores imposibles que contrasten de forma agresiva con el resto de materiales: azul turquesa, rosa, ciclamen, amarillo yema y verde pistacho son opciones muy válidas. Grandes cortinajes de tejidos pesados a cuadros o rayas ayudan a configurar la esencial del hotel.

6º. En las zonas ajardinadas debe abundar el cemento y el azulejo brillante para mejorar la impresión general. La piscina deberá mantener un aspecto descuidado y rodearse de tumbonas de material plástico blanco. Las sombrillas y sillas de las terrazas, a ser posible, de estructura de plástico inestable.

7º. Es fundamental cuidar el aspecto de algunos detalles que harán la estancia en este hotel inolvidable: una colcha de raso mugriento en las camas; moquetas decoradas y orgánicas en los pasillos, ventanas que cierran mal, grifería y elementos de ducha de poca calidad que dejarán de funcionar correctamente a los pocos meses, máquinas de vending por todas partes, láminas de paisajes victorianos en las paredes. La tele de pantalla de caja antigua es un elemento esencial.

8º. El servicio descuidado y un bufete repleto de opciones con colesterol será el broche final de este magnífico establecimiento que hará las delicias de viajantes de comercio, ancianos del Imserso y veraneantes sin escrúpulos.