Mi compañero de mesa, Andres Fatsini, Director de Revox expone las posibilidades que aportan los baños del futuro con sistemas de diagnóstico de enfermedades acoplados a los inodoros o al espejo, e incluso de monitorización de gente dependiente. Está todo por hacer...
"Confort conectado y baños rituales", coloquio en Casa Decor organizado por Dorbracht. Jordi Galiana, Gerente de Dornbracht España, Marcel Benedito, director de Casa Viva, Andrés Fatsini, gerente de Revos, y José Luis González, director de Sala Baño.
El veinte Casa Decor se ha organizado en el Palacio de la Real Compañía Asturiana de Minas, en plena Plaza de España. Nada que objetar, excepto un cierto desgaste de la fórmula que, agravado por la apatía del mercado, se traduce en una afluencia de visitantes más bien magra. Aunque las cifras de la organización siempre son optimistas, el alto precio de las entradas no ayuda en absoluto. Es una pena porque la idea de la exposición de espacios decorados reales en el marco de un edificio abandonado, una exhibición real del trabajo de los diseñadores de interior, siempre me ha parecido una bofetada de ingenio en la cara de las muestras comerciales del ramo. Las ferias, Valencia, Madrid, Barcelona, con sus mil nombres y sus frustrantes intentos de renovación, languidecen por falta de ideas y porque los precios del metro cuadrado (más montaje, desplazamientos, etc.) son prohibitivos para una industria que las pasa canutas. Las ferias de muestras (la palabra ya suena a viejuna) ganaron mucho dinero cuando los buenos tiempos pero no supieron saltar fuera del circuito fabricante-distribuidor-punto de venta. El consumidor siempre se quedó fuera del esquema y las ideas sobre decoración, de paso, también.
De forma
que Casa Decor suplió con astucia ese componente de motivación al consumo que
las ferias no saben asumir y que el sector, absolutamente desarticulado, para variar,
tampoco ha sabido nunca afrontar. El resultado: la compra de productos
relacionados con el hábitat y el entorno en nuestro país está por debajo de la
relativa a otros capítulos como el ocio, la moda o el automóvil. Tal vez,
pedirle a las muestras que cumplan ese papel es pedirle peras a un olmo que ha
nacido exclusivamente para vender metros cuadrados de estands. Luego se
quejarán, pero en el pecado ya llevaban la penitencia. Echar la vista atrás es un
ejercicio inútil, pero los más viejos del lugar se acuerdan perfectamente de la
incompetencia y la inoperancia (y otros adjetivos que empiezan por in) que ha
vestido el trato con las ferias de muestras, por no hablar de temas vergonzosos
como los parkings, los accesos en transporte público, la restauración o la
comunicación con prensa.
La
mercantilización del diseño es una consecuencia lógica de la normalización de
su uso, pero en un país donde, precisamente, el diseño de calidad es una de los
pocos valores que podemos ofrecer al mundo, es lamentable que los presupuestos
oficiales de promoción sean tan pobres. En Catalunya existen dos organismos que
se encargan de la promoción del diseño, conectados a la
Consejería autonómica y al ayuntamiento. FAD y BCD unen sus fuerzas en el
Barcelona Design Festival para promocionar mil actividades relacionadas con el
diseño durante los meses centrales del verano. Estas actividades incluyen
festivales, premios, conferencias y unas rutas de diseño por la ciudad que
constituyen un gran atractivo turístico para el visitante motivado por el tema.
Por encima de las motivaciones de rentabilidad que mueven a ferias y a eventos
como Casa Decor, este tipo de actividades son una alternativa válida a la promoción
real del diseño, para implicar a todos los que nadamos en las corrientes
turbulentas de su caudal.
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