Intercambiar casas es una nueva
forma de viajar y conocer mundo que permite disfrutar, sin coste de alojamiento,
de unas vacaciones en un bohemio loft neoyorquino o en una casita con piscina
en las islas griegas. Los aficionados a este tipo de canje utilizan páginas
especializadas en Internet que les ponen en contacto y facilitan el mutuo
conocimiento de los inquilinos, entre una oferta de viviendas muy grande. El
resto del acuerdo depende de ellos, normalmente con un protocolo que aporta la
web de intercambio. Luego sólo hay que llegar a la casa del nuevo amigo y
entregarle las llaves de la propia. En pura lógica, dejan su casa tan coqueta
como quieren encontrar la otra y, ya puestos, unos planos para defenderse por
el entorno, instrucciones de uso y un regalito de bienvenida.
Imágenes de B&B Italia, cortesía de la revista CASA VIVA
España aparece como uno de los destinos más demandados, aunque la oferta
de casas está aún muy por debajo de la de países como Estados Unidos, Reino
Unido y Francia. “Hay una falsa idea de que los españoles son muy celosos de su
casa y su intimidad”, opina Violeta Díaz, representante de Intercambiocasas.com,
una de las plataformas más potentes del mundo, con 50.000 usuarios de lo cuales 2.800 son de nuestro país. “No
es cierto, en general los españoles son sociables, abiertos, curiosos y
generosos, valores fundamentales para intercambiar”.
A esta forma de intercambio de hogares se le llama técnicamente consumo
colaborativo pero, en realidad, se trata del trueque de toda la vida facilitado
enormemente por la Red ,
ya que nunca hay dinero por medio, excepto la cuota que piden las páginas webs
por pertenecer al club. Pero el aliciente de esta nueva experiencia según
declaran la mayoría de los aficionados, no es tanto el ahorro que supone en
cuanto a alojamiento (que también) sino la magnífica experiencia de tipo
cultural que posibilita al hacer tan sencillo el vivir en otro punto del globo
y, además, en el entorno de una casa ajena.
En este punto, nos parece muy inspirador el hecho de que, junto con las
llaves de la casa, los propietarios que deciden prestar su hogar, están
brindando toda una filosofía de existencia cotidiana impresa en las paredes del
inmueble. Desde la decoración hasta el jardín, pasando por la biblioteca, la
cocina, la iluminación, el entorno, la lencería de cama, la atmósfera de los
baños, las vistas desde las ventanas… en suma, el espíritu de la casa, todo,
encerrado en un juego de llaves.
El intercambio no es sólo de aojamiento, ni se agota al disfrutar los
componentes culturales de la ciudad, localidad o país donde se enclava el hogar
ajeno. Es algo que va mucho más allá y
que comprende una serie de valores humanos, incluidos los estéticos, que nos
transportan a otras vidas de las que, durante unos días, entramos a formar
parte sin más. Con el domicilio, se intercambian unos intangibles maravillosos
que ninguna agencia de viajes puede poner en sus folletos publicitarios. Los
mismos que hacen de nuestra casa un lugar muy especial.
Vaya, muy interesante esta forma de viajar. El Internet y la tecnología hoy nos permiten intercambiar, conocer y aprender infinidades de estrategias de viajes. Es una delicia viajar y no gastar tanto y esta alternativa lo es. Sin embargo mi amigo siempre viajo con Sildavia Viajes , y me ofrece alojamientos así de fantásticos y a precios muy buenos. Viajar es de los mejores placeres de la vida, sea de la manera que sea, hay que gozarcelo!!
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