Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

jueves, 11 de abril de 2013

Los espacios son prosa, la luz es poesía

Disfrutamos de un clima envidiable capaz de crear las condiciones ambientales perfectas para pasear. Y precisamente pasear, no correr, ni caminar, sino pasear mirando el cielo, las montañas, los ríos, el paisaje y la persona que tenemos al lado, es el mejor aliado de la conversación. Y como todos sabemos, la conversación conduce el desarrollo de la cultura de las sociedades. Una sociedad que pasea (recordemos los primeros filósofos griegos, los peripatéticos) es una sociedad que aprende, interacciona y evoluciona, una sociedad inteligente.
Lo mismo ocurre con la luz mediterránea. Hay muchos rincones en todo el planeta donde la luz es maravillosa pero en el Mediterráneo, además de ser así, es una luz dulce, equilibrada, armoniosa. Una luz amable con la que nos relacionamos con naturalidad, de tú a tú. A tus amaneceres rojos se acostumbraron mis ojos, canta Joan Manuel Serrat.

 Las imágenes que ilustran esta entrada son de Albert Font y forman parte de un reportaje que se publicará en la edición de junio de la revista Casa Viva
Los pueblos que carecen de luz durante el año, como los países del norte de Europa, o los que tienen un exceso de ella, como los del continente africano, tienen una relación conflictiva con la luz y por esa razón gustan tanto de los colores expresionistas. En definitiva el color es luz y en ambos casos los colores son recibidos de forma natural con tacañería y sin matices. Por eso necesitan recuperarlos en su ámbito cotidiano a través de tejidos, ropa y objetos. Incluso en las fachadas de las casas (Amsterdam, Dublin) se aprecia este anhelo por rascar un poco de luz a través del colorido.
A nosotros, habitantes de una  península netamente mediterránea, nos gusta el blanco y el negro. Vestimos de blanco o de negro. Nuestros coches son blancos o negros, y nuestras casas son blancas, precisamente porque ya disfrutamos de todos los matices del espectro de colores desde pequeños. No necesitamos más a nuestro alrededor.
Trabajar con la luz en nuestro país es muy fácil y a la vez muy difícil. Muy fácil porque poseemos una sabiduría genética sobre la iluminación equilibrada. Muy difícil por la misma razón, que nos hace ser muy críticos con la luz ambiente y percibir los cambios más sutiles. Nos costará acostumbrarnos a los leds… una luz demasiado técnica para nuestro gusto.
En el lenguaje decorativo, la iluminación juega un papel fundamental, capaz de ensalzar o estropear definitivamente un interior con su intervención. Conocemos algunas de las reglas gramaticales para que la iluminación artificial nos acompañe con la misma sutileza y vivacidad que la luz del sol. Luces puntuales, mezcla de focos de diversas calidades, estrategias ambientales para resaltar la calidad de los volúmenes en las casas. Pequeños detalles como los spots instaladas en el suelo, o los que se esconden detrás de un perímetro para resaltar una línea y de paso explicar la circulación. La profesión de Light Designer, recientemente llegada a nuestro país, existe desde hace muchos años y se considera una rama específica e importantísima del diseño de espacios. La UPC ofrece un postgrado enLight Design, por cierto.
Confieso nuestra limitación desde las páginas de la revista, a la hora de mostrar cómo funcionan de forma efectiva esos ambientes mágicamente iluminados. Con las luces encendidas o apagadas, los matices de color se pierden inevitablemente y sólo nos queda el pobre recurso de explicarlos con palabras.
Los que amamos el interiorismo sabemos que hay que escuchar atentamente lo que nos cuenta la luz en un susurro para experimentar su esencia. Fotografías espléndidas de libros, blogs y revistas aportan ejemplos atractivos e inspiradores de lo que llamamos la prosa del diseño de interiores. Pero hay que salir a la calle, entrar en ciertos espacios y abrir bien los ojos para saborear lo que algunos magos del interiorismo hacen con la luz. Pura poesía.

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