En casa del herrero ¿el cuchillo
siempre es de palo? No necesariamente… Este mes publicamos en la revista CASAVIVA un proyecto que tiene la particularidad de estar diseñado por el mismo
profesional que lo utiliza: una vivienda singular con soluciones constructivas
inéditas que, lógicamente, acaban influyendo en el aspecto del interior de la
casa y condicionando su uso. Nuevos materiales, esquemas inéditos, espacios
diferentes.
Estas imágenes son cortesía de la revista Casa Viva. Fotos: Albert Font
Las casas de los arquitectos e
interioristas siempre han ocupado un capítulo aparte en la historia de la
arquitectura moderna, ya que se pueden considerar pistas de experimentación del
profesional que sólo tiene que discutir consigo mismo (y con su pareja, pero
esa es otra historia) los detalles de su futuro hogar. Una ocasión como pocas
para innovar, aportar nuevas soluciones y romper los escleróticos moldes de la
arquitectura residencial.
En este sentido llama la
atención, en primer lugar, la omnipresente preocupación por el
autoabastecimiento de energía que observa este proyecto y que demuestra que
este tema se halla en la cartera de los arquitectos desde las primeras
decisiones. Nos tranquiliza saber que la sostenibilidad de las casas ocupa un
lugar de honor en la sensibilidad de los nuevos arquitectos. Su responsabilidad
de cara al futuro en este tema, así como en cuestiones de urbanismo, es
notoria. De su actitud ante el tema residencial puede depender que las
constructoras y las inmobiliarias no vuelvan a incurrir en la desidia
constructiva que ha caracterizado tradicionalmente el ladrillo en nuestro país.
Si nos fijamos en esta vivienda
en concreto podemos concluir que el ladrillo, como elemento constructivo está
en crisis y que será sustituido por materiales más ligeros como el panel de
aluminio o de madera laminada, que permitirán levantar casas en poco tiempo, en
buenas condiciones de uso y con costes inferiores. A ello se le debe sumar el
uso de energía geotérmica, de paneles solares y de controladores de accionamiento
que permitirán importantes ahorros energéticos. El arquitecto, además, sabe
cómo orientar su vivienda para que aproveche al máximo los periodos de
insolación en invierno, y las corrientes de aire en verano.
Llama la atención que la madera
sea una de las soluciones viables en un planteamiento de futuro de la
arquitectura residencial. En esta revista siempre hemos querido adelantarnos a
las nuevas tendencias y, durante los dos últimos años, hemos comprobado con
asombro cómo se impone la madera como materia táctil en nuestro entorno. Ahora
sabemos también que sus propiedades estructurales y su comportamiento técnico
la hacen muy aconsejable en construcción.
Todos los proyectos son
atractivos por un tema u otro y aportan datos de interés, pero los que hacen
los propios interioristas y arquitectos son los que más pistas nos ofrecen
sobre el futuro. En sus casas, como en los edificios de uso público de
vanguardia, se trabaja pensando en décadas, no en años, lo cual nos proporciona
una información muy valiosa como prospección. Es un avance de tendencias
constructivas que, a la larga, se traducirá en nuevas formas de entender la
residencia y su uso por las personas. El futuro ya está aquí.
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