¿Por qué el diseño no es sexy?

Planteamiento: El mundo de la moda es tremendamente mediático. Los diseñadores de moda son semidioses intocables a los que se dedican retrospectivas, documentales apasionantes que alimentan leyendas inagotables y páginas incontables en medios especializados y generalistas. La moda levanta pasiones: en las pasarelas las “celebrities” se pelean por estar en primera fila y se generan fenómenos singulares como los de las supermodelos, o la figura de la temible directora de la biblia Vogue, cuya fama le permite organizar actos de apoyo al presidente Obama. La moda es sexy.

El amigo Karl, uno que sabe lo importante que es el glamour para que hierva la olla continuamente

Nudo: El mundo del diseño carece de carisma mediático. Nadie conoce a sus figuras indiscutibles fuera del endogámico circuito de prensa-ferias-presentaciones. No hay estrellas internacionales, ni firmas reconocidas a nivel popular, ni circuito de alta costura, ni, por supuesto, directoras temibles cuya opinión consagre o reviente una nueva colección. Por no haber, ni siquiera contamos con columnas especializadas en prensa, salvo honrosas excepciones como el muy recomendable blog de Anatxu, donde arquitectura y diseño conviven como buenamente pueden.

Si nos fijamos en otros medios como la televisión o la radio, el asunto es para echarse a llorar colectivamente en las puertas del (inacabado y megalomaníaco) Museo del Diseño de Barcelona, DHUB para los amigos. El único que ha entendido la función cultural del glamour de pantalla plana y Moet Chandon es Joaquín Torres de A-Cero, que se ha currado su autopromoción con agresividad leonina (ya hablaremos de su controvertida carrera otro día).
La triste realidad es que mientras cualquier cocinero imberbe que presente una nueva vuelta de tuerca a la tortilla de pimientos, se merece una plana a todo color, nadie se entera de los indiscutibles logros internacionales de diseñadores, arquitectos e interioristas españoles. Y eso que su imagen profesional es tan reconocida en todo el planeta como la de Iniesta y Casillas.
El Estado se ha gastado grandes cantidades de dinero en la industria de la moda, mientras que las empresas que producen bienes de consumo para el hogar, con sus miles de puestos de trabajo perdidos o en la cuerda floja, se hallan en situación de semidesamparo. El diseño no es sexy.

Hay que reconocer a Joaquín Torres de A-cero el mérito de tomarse en serio a la tele y darle un poco de sexy a la profesión...

Desenlace: Hay que convertir el diseño en una industria de bienes de deseo. Hay que elevar la capacidad mediática de los diseñadores industriales a cualquier precio. Hay que convertir el sofá en una promesa de felicidad y la cocina en el centro de la pasión conyugal y la fiesta social. De momento, desde este humilde blog vamos a prohibir a los diseñadores que vistan el uniforme negro modelo Tous, que se dejen de solemnidades y empiecen a hacer pruebas de cámara para lo que les espera, puesto que vamos a llamar a las puertas de los canales de televisión. Vamos a pedir a las empresas de preservativos que hagan campañas de publicidad favoreciendo nuevos ámbitos de experiencia como el baño o la butaca orejera. Ah… y vamos a hacer un ranking de diseñadores guapos y con morbo, que ya está bien de ausencia de tonterías. Que se preparen...

El taburete Cul is cool de ABR. Un buen comienzo para conseguir que el diseño sea un poco más sexy