Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

viernes, 28 de septiembre de 2012

Arquin7: Señor arquitecto, me duele la cabeza

Salud es la palabra clave en la arquitectura de los próximos años. Atentos a la jugada. Este miércoles tuve el honor de participar en una charla organizada por la firma Dornbracht sobre Rituales del baño, que sirvió de aperitivo a la interesante Semana de la Arquitectura que organiza el FAD cada año. El Arquinset arrancó el jueves con una conferencia y algunos actos que cobran sentido bajo el paraguas ideológico que recupera lemas de otras ediciones “repensar, reutilizar, renovar”.
El enunciado de esta edición es un slogan seco como un Martini que solo puede haber escrito un arquitecto: Pensamiento Ecológico: Hábitat, Salud y Propuestas Urbanas. (Mezclado, no agitado. Y conste, que esto es un cumplido).

 


Premio FAD de Interiorismo 2012: Fanqueiros (Lisboa), de José Adrião

Me gusta mucho la premisa de la que parte el FAD en el momento de plantear su postura ideológica para estos actos y conferencias: el “Principio de Precaución”, una bonita actitud que está contemplada en muchos de los actuales acuerdos internacionales. Esta apuesta por la sensatez viene a decir que la adopción de medidas eficientes para evitar daños, como el cambio climático o la salud de las personas, no se tienen que retrasar por el hecho de que no exista una evidencia científica total. Lo que en lenguaje castizo equivale a decir que es conveniente “curarse en salud”.
En este contexto el programa del Arquinset pretende encontrar el hilo conductor entre sostenibilidad, arquitectura y salud. Propone echar un vistazo a la arquitectura tradicional y olvidarse un poco de las nuevas tecnologías. Es obvio que el conocimiento que tenemos de la inercia, las ventilaciones o las sombras en un país con una climatología sui generis como el nuestro no está incorporado a nuestras herramientas de medida normativas. El Arquinfad propone que no nos dejemos deslumbrar por las propuestas de los países del norte que, en definitiva, pasan frío todo el año y no pueden tener los mismos problemas que nosotros.
 
 
Premio FAD de intervenciones efímeras: Magnolia (Lisboa), de José Adrião

Lo que en nuestro país se conoce tradicionalmente como la “buena vida”, además de significar una actitud epicúrea y lúdica ante el día a día, también comporta una forma de entender los espacios. De la simbiosis y el mestizaje, del híbrido entre varios conocimientos, antiguos y modernos, del sur y norte, del este y el oeste, de varias disciplinas y opiniones podremos encontrar nuevas maneras de construir y de vivir que nos permitan recuperar la vieja sabiduría del “vivir bien”, que siempre ha caracterizado a los pueblos de las orillas del Mediterráneo.



Premio FAD de la Opinión de Arquitectura: Nave 16 Matadero Madrid, de Iñaqui Carnicero, Alejandro Virseda, Ignacio Vila

 
Seguiremos de cerca el desarrollo de esta Semana de la Arquitectura que promete, entre otras sorpresas, un acercamiento serio a la disciplina del Feng Shui (¿se puede hacer tal cosa sin que se nos escape la risa, me pregunto yo?). No perderse la película sobre Eames que echan esta tarde en el Auditorio del Fad.
Por cierto: el lunes es el día mundial de la Arquitectura. Políticos abstenerse, quien avisa no es traidor.
 
 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Habitat Valencia: cuatro aciertos y un funeral

Al cierre de la reciente edición de Habitat Valencia parece oportuno hacer unas reflexiones con las ideas recogidas al vuelo en la feria y las impresiones en carne viva y sin pulir que suscita este encuentro donde, a pesar de todos los pesares, hemos hablado con expositores satisfechos.

1. El Salón no es ni sombra de lo que habíamos conocido, por supuesto. Las cifras cantan. Muchos menos visitantes, menos expositores, ausencias dolorosas y un acceso a la ciudad de Valencia sin problemas que, aún siendo anecdótico, insiste en recordarnos la dura realidad. Pero, ay, si solo fuera la feria lo que se ha encogido... Nada volverá a ser como antes y, como decía Valery, "lo malo de estos tiempos es que el futuro ya no es lo que era". Primera conclusión: Hábitat Valencia es una perfecta polaroid del estado del sector.



2. Ha tenido que caernos una crisis del copón para que en Valencia se pongan las pilas. Ahora que los expositores se quedan bajo la cama atemorizados por los truenos de la crisis, la feria parece haber encontrado el formato más adecuado (a buenas horas, mangas verdes). Ejemplo: La idea de promover los miniespacios baratos en la sección Flash no solo permite a los expositores acudir por cuatro euros sino que brinda una visita cómoda y precisa. Los grandes stands cerrados como casetas de feria parecen cosa de la prehistoria. Más aciertos: los Premios Nacionales de Diseño, el Salón Nude, el monográfico Hayón, las jornadas Contract. Y la sensación de que ahora las cosas se hacen bien.



3. Gran acierto destacar la presencia de las firmas que han merecido el Premio Nacional de Diseño, como ya dijimos en julio. Finalmente la feria se limita a los pabellones nuevos 1 y 2 por pura lógica interna. Los expositores del sector contemporáneo abandonan el caduco pabellón 6 al que se aferraban como niños atemorizados y casi arrinconan a otros subsectores con síntomas de esclerosis como el clásico o el textil. ¿Qué fue de Textil Hogar? Una industria enterita que se ha ido por el desagüe...


4. Excelente diseño de la exposición de los jóvenes estudio en el Salón Nude. Nada que envidiar a los homólogos de Milán. Espacio sin jerarquías, stands modernos, zona de foro en el centro, y un montón de gente joven e interesante con cosas muy buenas que enseñar. Posiblemente el mejor activo de esta feria que ha logrado cultivar con empeño y tesón durante estos diez años. Un bravo rotundo a sus organizadores.


5. La muestra Hayón con la comprometida presencia del susodicho fue sencilla pero exitosa. Le pidieron que diera una clase magistral en el centro del Nude y él prefirió pasearse por los stands para que los jóvenes expositores le explicaran sus proyectos. Una lección de humildad y maestría que honra al madrileño y le hace merecedor de otro bravo. 


6. Las empresas que siguen tirando del carro presentaron sus novedades y apostaron con decisión por la feria, con el aliciente de presentaciones y fiestas nocturnas que dieron vida a la ciudad. Hablaremos de esas novedades muy pronto. Habitat Valencia ha hecho de la necesidad virtud y ha mostrado que aún existen caminos abiertos para el futuro de estas exposiciones. Después de todo, ningún catálogo virtual puede sustituir el sentido del tacto cuando apreciamos una tapicería nueva, un acabado especial, una colección completa. Además, expositores y compradores necesitan mirarse a los  ojos antes de tomar decisiones.

7. Por cierto. ¿Qué fue de la Feria Internacional de Arte en Metal?


jueves, 20 de septiembre de 2012

Una casa es un estado de ánimo

Es una actitud ante el presente que convierte el acto más prosaico y cotidiano en el verdadero sentido de la vida. Es un gesto orgulloso que resume todo lo que sabemos de nosotros mismos y todo lo que anhelamos descubrir. Es mucho más que cuatro paredes, un techo y una serie de tripas tecnológicas que nos brindan ciertas comodidades. Es el espacio que compartimos con la gente que amamos y que suele ser mucha, interesante y variada. Por eso la casa también cambia sus dimensiones, se crece cuando hace falta, o se hace pequeñita por la noche, y ocupa apenas unos centímetros más allá de la cama.

 
 
Una casa puede ser una mansión fantástica con promesas de felicidad incluida. Pero también es el lugar donde una mujer corta con delicadeza unos dientes de ajo, se limpia las manos en el delantal y sorbe de una copa de vino blanco fresco. En el momento en que te sonríe las promesas se hacen realidad.

Una casa es una apuesta de futuro. Un rojo o un negro. Un par o impar del tablero de las cosas que aún no hemos hecho. Es un espacio positivo que se nutre de nuestro optimismo y se lleva por los sumideros los malos ratos que, sin duda, nos esperan. También es el espacio donde los niños se pelean, ríen y esparcen sus cosas por el suelo de forma despiadada. Donde caen rendidos por la noche y relajan sus cuerpos de exploradores aventureros.

Una casa es un centro de salud mental y física, un rincón dedicado al bienestar donde dibujar el día con el carboncillo que dejan los sueños. Un espacio de trabajo donde consultar, leer y navegar, comunicarse, pensar y gestionar. También es el poste de señales que nos permite encontrar el camino en el momento en que las cosas se tuercen, hablar con nosotros mismos, cantar en la ducha o maldecir a los dioses cuando se lo merecen.

Una casa es un ámbito de relación donde la amistad y la familia encuentran su ágora particular donde intercambiar cromos de experiencias, saberes y carencias. Un foro abierto de alegrías y confidencias al oído. También es el suelo de algodón blanco donde las parejas descubren el infinito cuando hacen el amor. El visillo que les murmura una canción de cuna cuando caen exhaustos con los brazos y piernas entrelazados.

Una casa es un lugar que expresa nuestro punto de vista, que se prueba nuestra ropa y, a veces, decide por nosotros el aspecto que presentamos al exterior. Es un álbum de recuerdos que llenamos de viajes al extranjero, excursiones al centro y paseos por la playa. Es un espacio imaginario que no nos abandona desde la primera vez que fuimos conscientes de que los abuelos y su casita con olor a verduras eran un mismo ente.

Una casa es una carta de amor dibujada en un plano de planta. Una declaración de amistad y admiración donde los sentimientos tienen cotas de alto, ancho y largo. Por eso debemos escoger los muebles pensando que, en el fondo son un abrazo, los tejidos y maderas, una caricia. El color de las paredes, un gruñido de satisfacción. Las ventanas, un guiño; las luces un suave pellizco en el culo. Y las llaves de la puerta principal, cuando alguien te las confía, son el beso más dulce que podemos imaginar.