Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

lunes, 7 de julio de 2014

La casa, instrucciones de uso

Enhorabuena por adquirir una vivienda nueva. Enhorabuena también si simplemente ha decidido reformar la antigua y dejarla como nueva. Es usted el afortunado/a poseedor/a de un espacio vital que, estamos seguros, le va a reportar múltiples satisfacciones. Siga las instrucciones de uso de esta guía rápida y cuide su vivienda. Ella le cuidará a usted.

 

Interiorismo del proyecto: Equipo Pepe Cabrera & Erik Kuster. Arquitectura: Carlos Gilardi. Fotografías: Gerard de Boer. Cortesía de la revista Casa Viva


Primer paso. Entre. Cierre la puerta. Respire hondo. Compruebe todas las conexiones de energía de su casa. Accione todos los interruptores, abra y cierre los grifos, las cisternas, los mecanismos, los grandes, medianos y pequeños electrodomésticos. Si su casa es de última generación testee los comandos domóticos para comprobar que responden a sus demandas. Todo funciona. No olvide que su casa es una máquina sofisticada, atravesada de punta a punta por conducciones, células y mecanismos diseñados para protegerle y ofrecerle confort. Como todas las máquinas hay que cuidarla, revisarla y engrasarla periódicamente. Conserve los mil libros de mantenimiento como si fueran un tesoro.




Segundo paso. Abra todas las puertas y ventanas. Observe a su alrededor. Compruebe que tal se lleva la casa con su jardín, con la casa del vecino, con las ventanas de las casas de enfrente, con el skyline de la ciudad, con su balcón. Escúchela respirar cuando el aire la atraviesa. Observe cómo se comporta con el sol del este por las mañanas y con el del oeste al atardecer. Qué habitaciones son más sociables, cuáles más antipáticas, qué piezas resultan tímidas y qué otras extrovertidas. Recuerde que su casa tiene temperamento  y es conveniente conocerlo tan a fondo como el de su pareja. El carácter de su vivienda le dirá donde es mejor ubicar las funciones domésticas.



Tercer paso. Es el momento de vestir la casa por dentro. Decida qué cosas necesita y cuántas quiere tener. Recuerde que más no siempre es mejor. Empiece imaginando lo esencial, que lo otro ya vendrá solo. Haga un cálculo de las horas que transcurrirán allí dentro haciendo según qué y en seguida tendrá una lista de prioridades. Sofá, cocina, cama, ducha, armario… el orden lo pone usted pero intente que la lista no se alargue. Ahí va a parar el grueso del presupuesto de decoración y no debe escatimar ni un céntimo. Sea generoso. La casa no se va a quejar de sus decisiones, pero usted tal vez sí. En todo lo demás se puede mostrar tan ahorrativo como desee.



Cuarto paso. Atención a  los detalles. Fíjese bien en las pequeñas cosas que están a la vista porque va a convivir con ellas algún tiempo. Los tejidos, las texturas de las maderas, lo que cuelga en las paredes, los gadgets decorativos, la lencería de cama, el suelo, las alfombras, utensilios y objetos de todo tipo. Todas las cosas que van a estar en contacto con su piel. Piense que no se trata de vestir la casa, decorarla, sino de revestir su vida cotidiana durante meses, quizá años.



Quinto paso. Cierre la puerta y disfrute de su vivienda. Aprenda a disfrutar la vida en casa. A no hacer nada. A hacer todo aquello que había aplazado los últimos años. Invite amigos. Deje que los niños troten. No sufra por la pintura de las paredes, ni por los pomos, los grifos o la caldera. Todo se puede renovar y probablemente lo próximo será mejor. Deje que su casa madure con usted y que se amolde a sus tics, manías y sueños. Relájese y deje que fluya y aprenda. Déle caña. Nada le reportará más goce que una casa bien educada.

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