Según nuestra querida Wikipedia, un chiringuito es un pequeño
establecimiento, de edificación más o menos provisional, cuyo fin es establecer
un negocio, generalmente dedicado al sector servicios, y particularmente a la
venta de
alimentos y bebidas. Nos cabe el honor de haber desarrollado el concepto de chiringuito, universalmente conocido, aunque con otros nombres, y haberlo llevado al máximo nivel de sofisticación gracias al buen hacer de los diseñadores de interior.
El chiringuito de diseño necesita una denominación genérica urgente, aunque ésta nos vale de forma provisional. Posee todos los atributos del tradicional (cercanía del mar, arena, aspecto provisional y auténtico, materiales reciclables, comida sin complicaciones, farolillos) pero pasados por el prisma del buen diseño que es un punto de vista como otro, pero que nos interesa especialmente.
Encontraremos muchos este verano a lo largo de nuestra costa pero basten tres ejemplos para ver por donde van los tiros:
El Pez Vela, a los pies del hotelazo en forma de Vela que pergueñó Bofill, proyecto de la genial Sandra Tarruella, integrado en la cadena Tragaluz. Desde su inició se ha llamado Chiringuito con lo que nadie se puede llamar a engaño. Experiencia caribeña sin salir de Barcelona. Muy recomendable tanto por su ambiente como por sus arroces.
El chiringuito portátil que fabrica y comercializa Gandía Blasco, tan minimalista y evocador como todo lo que produce esta firma valenciana. Tan pronto lo podemos ver en una playa como en un jardín privado. Es la esencia del chiringuito convertida en objeto de uso para admiración de propios y extraños. Hay que imaginarlo con música.
El Restaurante Boo de Barcelona, que parece un barco varado junto a la playa es otra forma de entender el chiringuito, con un interior que recuerda a los restaurantes de la costa de toda la vida. Una carta excelente y un ambiente con vistas que no tiene rival. Muy romántico y con una carta excelente.
El aspecto emocional es la clave del nuevo diseño de interiores y explica por qué algunos espacios nos hacen sentir a gusto y otros no tanto. Mi experiencia como periodista sobre cultura del diseño y la dirección de las revistas Casa Viva y Proyecto Contract me animan a compartir reflexiones sobre la cultura del entorno.
Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
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