Pregunta. ¿Qué impulsa a los fabricantes de automóviles a
promover una línea de decoración propia? Echar un vistazo a las piezas que
acompañan este post. No tienen desperdicio. Butacas relax de Lamborghini, sofás
de Aston Martin, complementos de Ferrari. De hecho, éste último nos da la clave
del tema: se trata de utilizar la potente imagen de marca del caballito
rampante para crear una línea de complementos. Aquí Ferrari es un logo, un
color y un concepto. Las multinacionales del perfume hace años que mantienen
con vida algunas firmas de moda gracias a sus fragancias, por las que ingresan
mucho más que con las colecciones de ropa. Merchandising: George Lucas sabe de
qué hablamos…
Chaise longue Aston Martin
El problema se presenta cuando el objeto en cuestión es algo
tan difícil de proyectar como un sofá que, encima, pretende recoger las
esencias de la marca. El resultado son piezas ridículas, de estética dudosa
que, sin duda, perjudican la buena imagen que la firma tiene entre los
apasionados por el motor. El coche masculino y potente que conducía 007 en sus primeras aventuras se merecía algo mejor que esa cosa con faros y
radiador acolchado que algún verdugo del diseño ha presentado a los ejecutivos
de la firma, sin duda preocupados por el golf u otros menesteres. Un poco de
criterio, no hubiera estado de más.
Sofá de Lamborghini
Otro que se atreve con todo: el carrocero Pininfarina, al
que el mundo del automóvil se le queda pequeño y mantiene una división de
productos de consumo extremadamente activa. La verdad es que trabaja tanto que
hasta ha llegado a dominar algunos campos ajenos al suyo. Las cocinas que
proyecta para Snaidero, por ejemplo, tienen su gracia. El problema es que
necesita recordarnos cada día que es el carrocero de las grandes marcas y todos
sus diseños para hogar evocan a los bólidos y hasta parecen a punto de salir de
boxes. Mmmmm….
Pero no todos son malas noticias en el mundo del motor. El
estudio Porsche Design, desde Austria, dirigido por el nieto del fundador de la
marca alemana, Ferdinand Alexander Porsche y diseñador él mismo del modelo 911,
es un ejemplo de buen hacer en el campo del proyecto de objetos de consumo. Un
poco teutónico, pero eficaz y riguroso como pocos. Todo lo que sale del estudio
Porsche asombra por su precisión y belleza aunque podríamos discutir la
necesidad de crear una cocina íntegramente Porsche. Pero, vaya, se lo vamos a
perdonar porque en conjunto es una pieza preciosa.
Otro día hablaremos de los diseñadores de moda que se meten
en sofás de once varas.
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