Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

jueves, 16 de febrero de 2012

Cómo reconocer un diseño malo

En el mundo del interiorismo profesional existe una palabra que define perfectamente a una pieza mal proyectada, fea o que, simplemente, atenta contra el más elemental mal gusto. Se conoce como “diseñito”… un diminutivo que hace referencia a un diseño que pretende ser muy aparente pero que, en realidad, no le llega a la suela de los zapatos a un elemento bien proyectado.

El diseñito (o burruño) no siempre se distingue de su hermano mayor el diseño de verdad, aquel que definieron los primeros arquitectos racionalistas como algo cuya belleza emana de su propia utilidad, que se explica a sí mismo y ha nacido con la misión de hacer la vida más agradable. En ocasiones se confunde con el bueno porque tiene algunos de sus rasgos y también porque cuenta con la ventaja de ser muy aparente. Eso hace que, entre personas poco acostumbradas al proyecto serio, se instale en su imaginación como sustituto cuando, en realidad, lo único que pretende es asombrar a las visitas y poco más.

Damos unas pautas para distinguir a primera vista un diseñito (o zurullito de diseño) de lo que realmente viene a hacernos la vida más agradable:

  1. Los diseñitos realmente malos siempre resultan muy chillones. Están obsesionados con que les consideren diseño de vanguardia, rompedor y revolucionario. Por eso utilizan formas imposibles, colores estomagantes y  movimiento aparente. Cuando veamos un mueble de cocina que parece moverse en alguna dirección, estamos ante un diseñito.


  1. Los diseñitos rompen con lo establecido pero no llegan a ningún lado. No aportan nada nuevo, excepto el pasaporte del país de Diseñilandia que parece dar categoría a quién lo posee  y, en realidad, muestra su ignorancia. Cuando veamos una silla con respaldo estrambótico, patas peludas o estructura inestable, estamos ante un diseñito.



  1. Los diseñitos añaden apéndices inútiles a las cosas para que se noten que hay un valor añadido, aunque en este caso el único valor es el del diseñador que los presenta y enreda a un fabricante despistado. Cuando veamos una lámpara con añadidos churriguerescos, estamos ante un diseñito.



  1. La tentación de diseñar un mueble u objeto inspirado en partes del cuerpo humano o elementos de la naturaleza es muy grande entre los malos diseñadores. Aunque existen popes del diseño orgánico, la mayoría de los que entran en este apartado son nefastos y sólo merecen adornar la nave de Alien. Cuando vemos una silla en forma de lengua estamos ante un diseñito.



  1. Los diseñitos son muy hábiles “homenajeando” diseños establecidos o clásicos. Le dan la vuelta, le añaden algo, lo estropean un poco  y ya está. Ya tenemos el plagio disimulado. Cuando una empresa presume de trabajar con diseñadores propios, desconfiemos. Seguro que sus diseñitos son copias encubiertas. Pero este tema merece una entrada completa y documentada. Seguiremos…




2 comentarios:

  1. Enhorabuena. Muy interesante e ilustrativo tu post Marcel.

    Permíteme compartir cuales son para mi las 5E del diseño..
    http://www.rdispain.com/¿-que-es-design/

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    1. Excelente descubrimiento el de las cinco Es... muy bien explicado. Te felicito, Manuel. Un saludo

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